Nunca pensé que viviría tanto tiempo lejos de mi familia. Suficiente tiempo lejos para notar nuevas canas hacerse camino sobre las cabezas de mis padres, suficiente tiempo lejos para perder a mi abuela sin poder decir un último adiós.
Mientras más tiempo paso en este otro mundo, más le pertenezco. Cada vez soy un poquito menos de allá y un poquito más de acá. O al menos así se siente.
Marea Caribe
jueves, 16 de mayo de 2019
jueves, 20 de diciembre de 2018
Es difícil un hasta luego
¿Preferirías un estallido de furia o una alejamiento gradual e insípido? No entiendo la ciencia de decirte adiós en neutralidad; hace falta una ruptura, un desencantamiento, hace falta una excusa para la despedida.
Los días de pasión nos dejaron y llegaron los días de lejanía, de cotidianidad. Es la época de los otros, no de nosotros, y ahí no hay nada que hacer.
Los días de pasión nos dejaron y llegaron los días de lejanía, de cotidianidad. Es la época de los otros, no de nosotros, y ahí no hay nada que hacer.
jueves, 13 de diciembre de 2018
No...
No te voy a
llamar
porque
ahora te conviene
No te voy a
enviar esa nota de voz...
No voy a
desnudar el alma en el vibrato de la voz que duda
No estoy para llenar vacíos y no giro alrededor de tus disponibilidades,
No se me antoja perseguir imposibles.
miércoles, 28 de noviembre de 2018
Palo de Mango
Vengo de un paraíso colorido, distinto a este paisaje de concreto y vidrio transparente sobre cielo gris.
Vengo de la casa del palo de mango, colindante con la del palo de mamey. Vengo del sol y la palmera, de la lluvia torrencial y el sudor de medio día.
Vengo del barrio en que se le ofrece jugo a los desconocidos que tocan a la puerta y almuerzo a los familiares que llegan sin avisar.
El viento frío a veces embate fuerte y las caras sin sonrisas parecen tratar de amedrantarme, pero yo vengo de un paraíso colorido.
Vengo de la casa del palo de mango, colindante con la del palo de mamey. Vengo del sol y la palmera, de la lluvia torrencial y el sudor de medio día.
Vengo del barrio en que se le ofrece jugo a los desconocidos que tocan a la puerta y almuerzo a los familiares que llegan sin avisar.
El viento frío a veces embate fuerte y las caras sin sonrisas parecen tratar de amedrantarme, pero yo vengo de un paraíso colorido.
Ausencias
También estamos en las ausencias.
Nos hablamos a través del silencio
y nos enviamos abrazos llenos de intenciones.
También somos corazones a medias,
canciones a tres cuartos
y copas vacías.
Nos hablamos a través del silencio
y nos enviamos abrazos llenos de intenciones.
También somos corazones a medias,
canciones a tres cuartos
y copas vacías.
jueves, 15 de noviembre de 2018
Infancia
Mi madre parece una niña, pensé. Se ha vuelto caprichosa y hasta un poquito vanidosa, espera regalitos cada vez que la visito y se ofende si no le presto suficiente atención.
Mi madre ahora enferma más frecuentemente y necesita que la cuiden, ya no se toma los medicamentos si nadie la persigue y no va al médico, y no sé si es por miedo o por resignación. Se vino a poner descuidada después de vieja, pensé.
Que descaro de mi parte al no contar las noches de desvelo patrocinadas por mis llantos, los ataques de ansiedad que le propiné cuando no supo de mí a la hora acordada, los múltiples cuidados y cariños que recibí. No se pierde esa necesidad del todo, no. Siempre hace falta alguien que vele por ti.
Si la vejez es la segunda infancia, me aseguraré de darle una infancia tan feliz como la que ella me dio a mí.
Mi madre ahora enferma más frecuentemente y necesita que la cuiden, ya no se toma los medicamentos si nadie la persigue y no va al médico, y no sé si es por miedo o por resignación. Se vino a poner descuidada después de vieja, pensé.
Que descaro de mi parte al no contar las noches de desvelo patrocinadas por mis llantos, los ataques de ansiedad que le propiné cuando no supo de mí a la hora acordada, los múltiples cuidados y cariños que recibí. No se pierde esa necesidad del todo, no. Siempre hace falta alguien que vele por ti.
Si la vejez es la segunda infancia, me aseguraré de darle una infancia tan feliz como la que ella me dio a mí.
miércoles, 14 de noviembre de 2018
Te extraño
Te extraño en los paisajes en que no estás,
en las hojas de otoño que no viste caer
y en las gotas de lluvia que no sequé de tus mejillas
te extraño en formas incontables
te extraño en las llamadas que no tuvimos, en el vino que no bebimos
te extraño en envolturas de chocolates y en flores marchitas
te extraño en los rizos que no logro desenredar
en la dificultad al despertar, y en la falta de ganas para ir a dormir
te extraño y no, porque no estás.
en las hojas de otoño que no viste caer
y en las gotas de lluvia que no sequé de tus mejillas
te extraño en formas incontables
te extraño en las llamadas que no tuvimos, en el vino que no bebimos
te extraño en envolturas de chocolates y en flores marchitas
te extraño en los rizos que no logro desenredar
en la dificultad al despertar, y en la falta de ganas para ir a dormir
te extraño y no, porque no estás.
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